04/07/25

Los cortes de gas dejan una mancha histórica a la gestión de Milei y ponen en la mira a las petroleras de Vaca Muerta

Las autoridades de Energía desatendieron las señales de alerta y recién convocaron a un “comité de crisis” cuando empezó a faltar gas en los hogares. Las obras atrasadas y demoradas que hubieran podido morigerar los cortes a industrias y estaciones de GNC

Por Antonio Rossi




Más allá las excusas oficiales que le echaron la culpa a “los problemas estructurales que arrastra el sistema energético desde hace más de dos décadas por la ausencia de una inversión sostenida y la falta de señales de precio”; los cortes de gas registrados en medio de la ola de frío polar dejaron en evidencia dos datos relevantes.

En primer lugar, la falta de reacción de las autoridades mileístas del sector energético que no adoptaron las medidas preventivas para morigerar el alcance de los cortes, mientras siguen demorando tanto la terminación, como la puesta en marcha de las obras prioritarias que se necesitan para garantizar el suministro de gas.

A esa situación se sumó la “sorpresiva e inoportuna” caída registrada en los envíos provenientes de la cuenca neuquina que provocaron un agujero de casi 10 millones de metros cúbicos en las horas de mayor demanda y han puesto en duda si las actuales productoras de gas están realmente en condiciones de explotar en tiempo y forma todo el potencial asignado a Vaca Muerta.

Pese a que los técnicos y analistas del sector habían alertado la pasada semana que las bajas temperaturas iban camino a disparar un aumento considerable de la demanda residencial que podría poner en jaque el abastecimiento; la administración libertaria no tomó debida cuenta de esa advertencia y, prácticamente, se desentendió de los primeros cortes que afectaron a los grandes clientes industriales y estaciones de GNC que tenían contratos bajo la modalidad “interrumpible”.

En vez de abrir el paraguas anticipando una programación de suministro de emergencia; tanto la Secretaría de Energía--comandada por la ex Camuzzi, María Tettamanti--, como el interventor del Enargas—el exTechint, Carlos Casares—arrancaron la semana calculando y aprobando los aumentos tarifarios que van a aplicar las transportadoras y distribuidoras privadas de gas en las facturas de julio.

Recién el miércoles a última hora—cuando ya los cortes habían llegado a consumos hogareños de Mar del Plata--, el Gobierno resolvió convocar a un “Comité de Crisis” para adoptar un paquete de medidas extraordinarias destinadas a asegurar el abastecimiento prioritario a clientes residenciales, hospitales y establecimientos educativos.

Con la venía oficial, las distribuidoras de las regiones Centro, Litoral, Noroeste, Cuyo, Patagonia e interior de la provincia de Buenos Aires procedieron a interrumpir los suministros a todos los contratos firmes de industrias y GNC hasta nuevo aviso. Las medidas de emergencia también implicaron la cancelación de las exportaciones que estaban previstas a Chile y Brasil y la reducción al mínimo de las entregas destinadas a las centrales de generación térmica.

El corte total del suministro domiciliario en la costa atlántica constituye un hecho inédito y una mancha histórica que deberá arrastrar la gestión libertaria, ya que ni siquiera en los peores momentos de crisis energética de las administraciones kirchneristas se había llegado a esa situación extrema.

En cuanto al descenso de la producción de Vaca Muerta que ayudó a agravar la magnitud de los cortes, las autoridades energéticas no pudieron verlo anticipadamente por la falta de aviso de las empresas y por la discontinuidad de una serie de informes internos que permitían estimar la integración de la oferta doméstica de gas.

El salto registrado en la demanda residencial al pasar de un promedio de 90 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) en los inviernos pasados a 100 MMm3/d en los últimos días se topó con una baja de casi 10 MMm3/d en los despachos de Vaca Muerta.

Según los datos que manejan en el sector, esa caída se produjo en las áreas de shale gas que operan la petrolera local Pluspetrol en “La Calera” y la francesa Total en “Aguada Pichana”. Por ese motivo, el ex gasoducto troncal Néstor Kirchner renombrado por Milei como “Perito Moreno” operó solo al 60% de su capacidad trasportando menos gas que lo habitual a las regiones Centro, Litoral y la provincia de Buenos Aires.

Un anticipo del freno en la actividad de las petroleras en Vaca Muerta se había detectado en el transcurso de junio. Según datos relevados por la Fundación Contactos Energéticos, las etapas de fracturas cayeron el mes pasado casi un 24%, llegando a un total de 1.968 casos tras el máximo histórico de 2.588 que habían alcanzado en mayo. Esa merma en el “fracking” obedecería a tres factores: el aumento de los costos de operación, la renegociación de contratos con proveedores de servicios y una planificación más selectiva de desembolsos operativos e inversiones.

Los cortes de gas que arribaron con la ola de frío polar también dejaron expuesto al Gobierno por la aplicación de la motosierra que suprimió fondos estatales para terminar las obras de infraestructura energética en curso y la tardanza que acumula a la hora de adjudicar los proyectos más urgentes a empresas privadas.

Pese a que lo heredó con una ejecución superior al 60%, la administración libertaria aún no ha logrado concluir en su totalidad el proyecto de reversión del Gasoducto Norte para abastecer a las provincias del NOA con gas de Vaca Muerta. El paquete de obras en juego comprende tres partes, de las cuales las dos correspondientes al tendido de las nuevas cañerías troncales y de refuerzo ya se encuentran terminadas. Restan completar los trabajos de readecuación de las plantas compresoras por atrasos en los pagos y demoras de la contratista Esuco. Según el reciente informe de gestión que remitió el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos al Senado; esos trabajos recién podrían quedar finalizados en el último trimestre del año.

Otra obra que se encuentra paralizada es la ampliación de Gasoducto de la Costa que tiene a su cargo Enarsa. Falta terminar la planta compresora de Las Armas que permitirá ampliar el volumen y la presión del gas natural a los usuarios de Mar del Plata, Villa Gesell, Pinamar y otras localidades del corredor atlántico bonaerense.

La lista de las principales obras gasíferas que vienen con retraso incluye también a la denominada segunda etapa del ahora gasoducto Perito Moreno. La anterior conducción de Enarsa había puesto en marcha la licitación para adjudicar el nuevo tramo de casi 600 kilómetros entre Salliqueló (Buenos Aires) y San Jerónimo (Santa Fe). La obra –prevista con financiamiento privado—iba a incrementar la capacidad de transporte del gasoducto de Vaca Muerta de 21 MMm3/d a cerca de 40 MMm3/d.

Tras desembarcar en la Casa Rosada, Milei dio de baja esa licitación y decidió remplazarla con una “iniciativa privada” que había presentado TGS.

Las obras en danza comprenden la ampliación del gasoducto que une las localidades de Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (Buenos Aires) y la instalación de cinco plantas compresoras que permitirán elevar la capacidad de transporte actual de 21 MMm3/d a 35 MMm3/d en un plazo de dos años.

Pese a que fue aprobada en el segundo semestre del año pasado, la licitación para adjudicar las obras valuadas en US$ 500 millones recién arrancó hace dos meses. Si no surgen nuevas demoras, la presentación de las ofertas se efectuaría en la próxima semana.

Nota Editada en LetraP