29/05/25

YPF realiza la inversión más grande de los últimos 50 años en Plaza Huincul

En 26 meses finalizó la construcción de un nuevo horno y una estabilizadora de naftas en la Refinería de Plaza Huincul. El objetivo es procesar más shale.



El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, recorrió las nuevas instalaciones del Complejo Industrial de Plaza Huincul que permiten incrementar el procesamiento de crudo de Vaca Muerta. Hoy el 80% del crudo procesado procede de las operaciones de la compañía en esa formación.

En un tiempo récord de 26 meses, se finalizó la construcción de un nuevo horno y una estabilizadora de naftas para incrementar el procesamiento de shale. A su vez, se instaló un nuevo compresor de gases de Topping que reducirá los costos de operación y optimizará su funcionamiento.

“El plan para mejorar la productividad y la eficiencia en todos nuestros complejos industriales está dando resultados y el complejo de Plaza Huincul es una muestra”, señaló Marín, al tiempo que destacó que los trabajos se hicieron sin ningún tipo de incidente y con los más altos estándares de seguridad.

A su vez, anunció que la refinería neuquina contará con su propio centro de monitoreo inteligente de última generación, al igual que el resto de los complejos de YPF en el país.

Las obras en Plaza Huincul

Las reformas que se realizaron en el Complejo son las más importante en los últimos 50 años con una inversión aproximada de 55 millones de dólares.

El Complejo Industrial de Plaza Huincul produce nafta Súper e Infinia y gasoil Grado 2 y combustibles para aviones que se distribuyen en toda la Patagonia Norte. Además, posee la principal planta de metanol del país que abastece al mercado nacional e internacional.

Una historia de esfuerzos

Las primeras postales del petróleo neuquino están asociadas al pozo 1 que a puro esfuerzo y obstinación el equipo Patria hizo producir en lo que hoy es Plaza Huincul. El petróleo llegó en 1918 cuando el envío de fondos desde Buenos Aires había sido interrumpido por falta de resultados. Pero el dato era fuerte: había olor a kerosén en las pocas aguadas de la zona y el equipo Patria no bajó los brazos.

De 1919 es la imagen que algunos historiadores ligan con la primera “destilería”. Un tanque negro, un rancho de piedras, algunos caños y una torre de madera de fondo con el viejo y querido pozo 1 componen la imagen que se adjudica a esa destilería que –advierten especialistas- no deja ver ningún quemador, pieza imprescindible para lograr el status de destilería Con todo, en 1918 empezó la novela fundacional de Plaza Huincul. Y es allí con orgullo que desde 1976 se erige la refinería de Plaza Huincul.

Más allá de los tiempos, la destilería como mandan las reglas se empezó a armar en la década del 60 con rezagos de otras refinerías. Así, en 1966 a una capacidad de procesamiento de 900 metros cúbicos diarios (m3/día) incluyendo una planta de craqueo térmico.

En 1973 comenzó la construcción de la refinería actual. La nueva refinería requería un nuevo parque de tanques. Para ello se construyeron nuevas bases, se fabricaron losetas para los recintos de tanques y una nueva toma de agua en el río Neuquén.

El 20 de octubre de 1976 se inauguró oficialmente la nueva refinería, constituida por una unidad de destilación primaria, Topping, una de reformación catalítica de naftas, Platforming, y una planta de elaboración de aerocombustible, Merox.

Además, contaba con dos calderas para generar vapor a 17 kg/cm2, un sistema recirculante de refrigeración de agua, y una pileta API para la separación primaria de agua e hidrocarburos antes del vuelco de los efluentes al zanjón.

Fuente: LMNeuquen