29/07/25

Mindlin, único oferente para la construcción del segundo tramo del Gasoducto de Vaca Muerta

La semana pasada el gobierno le prorrogó sin licitación la concesión del transporte del gas de Vaca Muerta por 20 años.


El empresario Marcelo Mindlin.

Marcelo Mindlin acaba de sumar una nueva ficha clave a su tablero energético: fue el único oferente para la construcción del segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, rebautizado Perito Moreno. La obra será realizada por Transportadora de Gas del Sur (TGS), la empresa que controla el Grupo Pampa junto a la familia Sielecki, muy cercana a Milei.

La decisión se suma a una serie de concesiones de manera directa que Milei apuró en las últimas semanas que beneficiaron a magnates como el aceitero Roberto Urquía o el inglés Joe Lewis.

El proyecto, denominado "Incremento de la Capacidad de Transporte de Gas Natural en la Ruta Tratayén - Litoral Argentino", está estimado en 700 millones de dólares.

La iniciativa incluye la ampliación del gasoducto entre Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (Buenos Aires), así como trabajos en cuatro plantas compresoras. El objetivo es sumar 14 millones de metros cúbicos diarios a los 26 millones que actualmente se transportan, alcanzando una capacidad total de 35 millones de metros cúbicos.

Desde la empresa pusieron en valor los activos prexistentes financiados y construidos por el Estado en tiempo récord durante el gobierno de Alberto Fernández. "El proyecto está basado en el máximo aprovechamiento de la infraestructura de transporte existente, de alta eficiencia en términos de monto invertido por metro cúbico transportado, lo que se traduce en un menor costo para el usuario final, además de los menores plazos constructivos", indicaron desde TGS en un comunicado. El gasoducto fue financiado con parte de lo recaudado por el impuesto a las grandes fortunas.

Lo llamativo es que en 2022, TGS había sido descalificada para construir la planta compresora de Mercedes, por no cumplir con un requisito básico: la capacidad de contratación, es decir, el volumen económico que una empresa está habilitada a ejecutar en función de su respaldo técnico y financiero.

En 2022 TGS había sido descalificada para construir la planta compresora de Mercedes, por no cumplir con un requisito básico: la capacidad de contratación, es decir, el volumen económico que una empresa está habilitada a ejecutar en función de su respaldo técnico y financiero. Ahora Milei le concedió toda la obra, sin licitación.

La adjudicación de esta obra estratégica, se suma a otra noticia que también celebró el empresario: la prórroga por 20 años, también directa, de la concesión de la red tronal de ductos que transporta el gas desde Vaca Muerta al resto del país.

Y por si fuera poco, el Estado anunció la puesta en venta de su participación en Transener, la columna vertebral del sistema eléctrico nacional. Dos decisiones que encajan perfecto en el proyecto de integración vertical que Mindlin viene trabajando hace años.

"Le dieron 20 años más de concesión, cuando previo a la Ley Bases el período no podía superar los diez", se sorprendió un ex directivo de Enarsa.

Con la prórroga de TGS, Mindlin no sólo garantiza el negocio del transporte, sino que además se posiciona para construir, operar y mantener el segundo tramo del gasoducto.

La participación estatal en Transener, cerca del 50%, está a punto de ser subastada por apenas USD 150 millones, un precio que en otras latitudes no alcanza ni para una torre de alta tensión. Mindlin ya posee poco más del 26% y, de cerrar la operación, quedaría al frente de una empresa que transporta más del 85% de la electricidad del país.

Con esto, el empresario se convertiría en el primer jugador en reconstruir, bajo su control, una cadena energética desarticulada desde los años noventa. Producción de gas, transporte de la molécula, conversión del combustible en electricidad y transmisión eléctrica hasta los enclaves de distribución. El ciclo completo.

En los pasillos del sector ya lo comparan con una "nueva Segba", aquella empresa estatal que alguna vez controló toda la cadena eléctrica antes de ser desguazada por el menemismo. Lo que entonces se privatizó para fomentar la competencia, hoy se vuelve a concentrar. Pero no en manos del Estado, sino de un empresario privado.

Fuente: LPO