
El gobierno se fijó un plazo de 8 meses para concretar la venta de sus acciones en Citelec, la sociedad controlante de Transener, empresa que opera la mayor red de alta tensión de energía de la Argentina. Desde Economía habían anticipado en diciembre que la privatización iba a estar concluida en el primer semestre de este año, pero los nuevos plazos extienden ese horizonte hasta fines de marzo de 2026. La resolución 1050/25, publicada este viernes en el Boletín Oficial, establece que para concretar la operación se deberá llevar adelante una licitación nacional e internacional.
Transener está integrada por casi 12.400 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica, adicionando los 6.228 kilómetros de líneas que componen la red de su controlada, la Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución Troncal de la Provincia de Buenos Aires Sociedad Anónima (Transba S.A.). Su capitalización bursátil se ubica actualmente en torno a los 1.000.000 millones de pesos, lo que equivale a unos US$ 850 millones, según la cotización del dólar mayorista.
La estatal Energía Argentina S.A. (Enarsa) tiene el 50% de Citelec y el otro 50% está en poder de Pampa Energía, entre ambos controlan el 51% de la transportista Transener y además Citelec suma un 1,65% adicional en acciones clase B de la firma. Por lo tanto, Enarsa posee cerca de un cuarto de la compañía, lo que le pone un piso de unos US$ 210 millones a ese activo. No obstante, la resolución del Ministerio de Economía establece que se contratará a “una entidad bancaria perteneciente al sector público nacional para la tasación del paquete accionario de Citelec S.A.”.
El secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, ya había anticipado en diciembre, durante el Día del Petróleo, la intención oficial de desprenderse de Transener. “Decidimos iniciar el proceso de venta, para que esté completo en la primera mitad de 2025″, aseguró entonces. El paso siguiente se concretó en abril cuando el presidente Javier Milei autorizó a través del decreto 286/25 la privatización total de Enarsa mediante la separación de las actividades y activos de cada una de las unidades de negocio de la compañía pública.
La propia naturaleza de los activos que tiene Enarsa hace difícil avanzar con su privatización en un solo paquete. Por eso se decidió avanzar con su desguace. La empresa creada por ley en 2004, durante el gobierno de Néstor Kirchner, tiene un portfolio diversificado que incluye, además del 50% de Citelec, el Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), las represas de Santa Cruz (que tienen un grado de avance superior al 30%), el Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), el 50% de la terminal de GNL de Escobar (el otro 50% es de YPF) y la mayoría accionaria de las centrales térmicas Manuel Belgrano (Campana, Buenos Aires) y José de San Martín (Timbúes, Santa Fe) que se construyeron bajo el programa Foninvemem y sobre las que todavía existe una polémica en torno a cuál es el porcentaje que controla el Estado, lo que impidió que se liquiden esos fideicomisos.
El comando privatizador
La elaboración de la documentación licitatoria -técnica y contractual- del proceso de privatización de Transener estará a cargo de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, que conduce Damián Sanfilippo, mientras que la “Agencia de Transformación de Empresas Públicas”, con la asistencia de Enarsa, deberán coordinar las acciones necesarias para dar cumplimiento a lo previsto en el Capítulo II del Anexo I al Decreto 695/24. Ese capítulo establece el procedimiento detallado y escalonado para avanzar con la venta, contemplando requisitos técnicos, divulgación pública mínima y mecanismos de transparencia.
La Agencia está comandada por el abogado Diego Chaher, hombre de confianza del asesor presidencial Santiago Caputo, quien llegó al Estado con el mandato explícito de impulsar procesos de privatización, reestructuración y reorganización de empresas estatales. Chaher, con una maestría en Derecho Empresario de la Universidad Nacional de Cuyo y un MBA en la Universidad de Palermo también se desempeña como director titular de Nucleoeléctrica Argentina, sociedad anónima estatal en la que desembarcó con el objetivo de avanzar con la privatización ya que sus conocimientos del sector nuclear son nulos.
El otro protagonista de esta historia es Tristán Socas, un especialista en finanzas también cercano a Santiago Caputo que fue designado al frente de Enarsa en septiembre de 2024. Socas es un ingeniero industrial recibido en el ITBA que luego se especializó en finanzas en la London Business School. Cuando llegó a Enarsa no tenía ningún antecedente relevante en el sector energético. Hasta el 2017 trabajó en el Standard Bank en Londres. En 2018 se incorporó a BAF Capital como director ejecutivo. A fines de 2022 se desvinculó de esa compañía y en marzo del año siguiente fundó AAA+ Finance.
Socas es un funcionario extremadamente cauteloso que, según destacan dentro y fuera del gobierno, ha ralentizado la gestión de Enarsa a un nivel exasperante. Sin embargo, la resolución 1050/25 le reserva a la energética estatal solo un rol de asistencia. El comando y la firma del proceso estará a cargo de Chaher.
Fuente: EconoJournal