20/10/25

Luz verde para las represas: convocan a 2.600 trabajadores para retomar obras en Santa Cruz

Santa Cruz confirmó la aprobación de la documentación para el reinicio de La Barrancosa, con la convocatoria de 2.600 trabajadores y la compra de insumos.



La reactivación de las obras de infraestructura hidroeléctrica sobre el río Santa Cruz recibió un impulso decisivo. El ministro de Energía y Minería de Santa Cruz, Jaime Álvarez, confirmó que la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) y las entidades financieras de la República Popular China firmaron la carta que habilita el reinicio de las obras.

La confirmación pone en marcha la construcción de la represa La Barrancosa (también conocida como Gobernador Jorge Cepernic), que cuenta con una capacidad de 360 Mw. Álvarez destacó que la firma representa un avance crucial, con acuerdos de financiamiento en marcha, licitaciones abiertas y trabajadores convocados.

En declaraciones difundidas por el gobierno provincial, el funcionario subrayó que "ya están aprobadas las cartas enviadas por Enarsa a los bancos chinos" y que la empresa china Gezhouba "inició la compra de insumos y la convocatoria de trabajadores santacruceños".

La iniciativa, impulsada por la gestión del gobernador Claudio Vidal, busca garantizar la continuidad de una obra considerada estratégica para el desarrollo energético de la provincia y del país. "A pesar de los profetas del Apocalipsis, las represas se activarán", afirmó Álvarez.

El futuro de las represas Santa Cruz

Entre las acciones inmediatas, se destacó el envío de 2.600 telegramas de reincorporación a ex empleados de las represas. Este proceso se realiza en cumplimiento de la Ley Provincial 90/10, que exige que el 90% de los puestos sean ocupados por santacruceños con residencia comprobada.

El ministro precisó que las autoridades provinciales cruzarán datos para verificar la residencia real de los postulantes, así como también se realizarán inspecciones para que los trabajadores contratados sean de la región donde se levantan las represas para asegurar el impacto económico local de ese movimiento.

Respecto al inicio de las tareas, el funcionario explicó que ya se están realizando labores de reacondicionamiento en campamentos, comedores, alojamientos y sistemas eléctricos. "Primero ingresará un equipo técnico para reactivar las instalaciones, y luego se sumarán progresivamente los operarios", detalló.

Representantes de Gezhouba se encuentran en Buenos Aires y mantendrán nuevas reuniones con el Gobierno provincial para coordinar la puesta en marcha definitiva de los proyectos. Álvarez concluyó que esta obra es el "punto de partida" para una nueva etapa de desarrollo energético en Santa Cruz, que incluye generación hidroeléctrica, eólica y solar.

La Barrancosa y Condor Cliff

El proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico del Río Santa Cruz data de varias décadas, pero tomó forma concreta a partir de la década de 2010. La iniciativa contempla la construcción de dos grandes centrales: Cóndor Cliff (en su momento rebautizada como Presidente Néstor Kirchner) y La Barrancosa (también conocida como Gobernador Jorge Cepernic).

El objetivo principal fue siempre estratégico: aumentar significativamente la matriz energética de la Argentina con una fuente renovable y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Se proyectó como la mayor obra de infraestructura hídrica del país desde Yacyretá, con una inversión multimillonaria que superaría los u$s4.500 millones.

El hito fundamental se concretó en 2013, cuando el gobierno nacional adjudicó la obra a un consorcio binacional liderado por la empresa china Gezhouba e integrado por firmas locales. El financiamiento, mayoritariamente aportado por bancos chinos, garantizó el inicio formal de las tareas. Sin embargo, el proyecto enfrentó desde sus inicios serios obstáculos, principalmente de índole ambiental y legal.

Diversas organizaciones y la Corte Suprema de Justicia intervinieron para exigir nuevos estudios de impacto ambiental y la realización de audiencias públicas, deteniendo temporalmente las obras y exigiendo la protección del ecosistema del río, incluyendo especies como el macá tobiano, un ave endémica de la región.

La construcción se inició formalmente, pero su avance fue intermitente y estuvo marcado por la inestabilidad política y financiera. Hacia 2018, la obra sufrió un fuerte parate en el ritmo de trabajo debido a la revisión de contratos, dificultades en el flujo de fondos y cuestionamientos sobre el monto total de la inversión. Tras un breve repunte, la paralización total se concretó en 2023 por problemas contractuales y de fondeo entre la empresa estatal Enarsa y el consorcio constructor.

Fuente: iProfesional